January 23, 2013

Ritos Suicidas



Débiles palabras de amor y desesperación, suaves susurros de muerte. Cuando tu única compañía son las marcas de viejas batallas, cuando la única platica es proporcionada por una voz interna que te anima a alcanzar el punto de no retorno; cuando las heridas mas dolorosas no son aquellas hechas la noche anterior, sino aquellas que no son visibles en la piel.

Tres vueltas a la cama, un trago a la botella de whiskey escondida en la cómoda para bajar las pastillas, que no reducen el dolor, ni remueven esta tristeza, pero que bien adormecen el cuerpo y atontan la mente. Otra vuelta a la cama y los recuerdos empiezan a desfilar en el subconsciente, un poco mas de whiskey que ayuda a aclarar la visión. Una vuelta mas a la cama, la ansiedad crece, el dolor también, la desesperación,  la tristeza y el deseo de que todo termine se vuelven insoportables... una vuelta más a la cama.

Es momento, si, ha llegado la hora de terminar este sufrimiento, este tormento, hay que darse prisa, las pastillas empiezan a tener efecto, pronto sera mas difícil terminar con este sentimiento. Hay que respirar profundo, hay que tener calma... una ultima vuelta a la cama y habrá que comenzar.

EL dulce frío de la navaja enchina la piel y dispara la adrenalina, hay que recordar cortar a lo largo y no a lo ancho, si, hay que hacerlo bien, solo existe un intento. No existe el mañana, es hoy o nunca, toma la navaja...

Sin temor, solo dolerá un momento y después solo habrá libertad, paz, silencio.

Dulce, fría y afilada libertad, solo un beso y se acabará todo este murmullo interior, habrá por fin un final al remordimiento. Dulce, fría y afilada solución a la soledad, hay que darse prisa, se termina el tiempo... el primer corte libera adrenalina, el segundo corte es casi imperceptible, sin dolor; mas bien con un poco de placer, el beso frío de la navaja es tierno, puro, pasional.

Hora del gran final, la habitación se torna oscura, el cuerpo se siente cansado, ligero, el ruido se apaga y se enciende la libertad.


Nailo Gottblut
22/01/2013

1 comment:

  1. Tan mordiente,tan mítica, tan aterradora libertad. Teniendo que recurrir a los límites de la humanidad para obtener un vistazo al umbral de salida a éste bucle sin fin.
    Honesto y visceral.Así se escribe un chiste postmoderno de tamaño justo.

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